¿Qué es el miedo? Es un sistema personal importante de defensa; la emoción del miedo nos prepara para actuar en una emergencia. El problema existe cuando este miedo se fomenta artificialmente por medio de noticias de pánico que están diseñadas para mantenernos adictos al cortisol y a las malas noticias. Existe una diferencia entre superstición, realidad y fe.
Vivimos en un mundo que se rige por un orden de leyes inmutables de tiempo, materia y espacio; aquí todo es cambiante. Un gran error es pensar que todo cambio negativo, es un castigo. Para los animales en la naturaleza, los cambios no son castigos. No hay castigo, aunque a veces hay consecuencias de actos inconscientes, somos parte de un mundo donde todo trabaja por medio de la interconexión y a la vez está afectado por leyes físicas y espirituales. Necesitamos aceptar que vivimos en un mundo que está sujeto a la ley de la impermanencia.
En el libro Las 12 promesas del alma, identifica 12 áreas para recordar la paz en momentos de cambio en la vida.
1- Comprender nuestra naturaleza
Existen algunas condiciones del planeta que no podemos cambiar. Vivimos en un mundo imperfecto con fluctuaciones que están fuera de nuestro control; existen cambios climatológicos, biológicos, astronómicos, económicos, geológicos, sentimentales, familiares, políticos, genéticos, sociales y virales, que sin previo aviso pueden afectarnos gravemente. En la tierra viven seres hermosos, pero también hay personas inconscientes, es la realidad. Para agravar, muchas decisiones y acciones irresponsables son constantemente tomadas por gobernantes y comerciantes.
2- El miedo se combate por medio de la educación y la preparación
¿Cómo hacer entonces? En una temporada que viví en las afueras de Nueva York, no me preguntaba si vendría una gran tormenta de nieve (un año hubo cinco grandes nevadas), sino ¿qué hacer si llega? Por esta razón, en la temporada, viví preparada con suficiente leña y provisiones, adaptándome al ambiente y a las circunstancias del lugar. Ahora vivo en Miami, y tengo un plan. No resisto la naturaleza, sino que obedezco y respeto las inclemencias del tiempo. Cuando viajaba a Los Angeles, una ciudad con historias de temblores dejaba mis llaves, zapatos, celular y pasaporte cerca de mi cama. Dormía con unos pijamas que pudieran cubrirme en una emergencia. No, no era negativa, respetaba mi medio ambiente. Un día llegó el gran terremoto, pero con la gran providencia que allí no estaba, y es que también la fe ayuda por medio de la intuición a cambiar planes que nos protegen.
No hay preferencias de la naturaleza, pero si estamos en paz y oración podremos escuchar esa voz interior que más de una vez nos ha protegido de situaciones negativas, como un cambio de planes por medio de un atraso o una cancelación.
Prometo recordar que todo es temporal, que durante mi estancia en la tierra habrá retos. Aceptaré y estaré dispuesto a enfrentar las situaciones que se me presenten, lo haré con dignidad y aplomo sabiendo que siempre me darán las fuerzas necesarias para sobrellevar cualquier reto. No se trata de tener una actitud de negación o pesimismo, sino de prepararse para vivir con la realidad.
La preparación es esencial y no consiste en esperar lo peor, ni ser negativo, ni vivir con miedo; es estar prevenidos para enfrentar las inclemencias posibles de la vida y estar preparados para la reconstrucción después de que pase la tormenta. Una casa espiritual fuerte es la mejor prevención y preparación. No importa si llega un huracán categoría uno o categoría cinco, lo importante es saber que las nubes negras, el viento y el rugir de las olas, siempre serán pasajeros, que la mayoría no causará estragos permanentes si estamos fortalecidos para recibirlos o si tenemos la oportunidad de esquivarlos.
Podemos hacer nuestra parte y trabajar junto a Dios para tener un mundo mejor, pero no podemos vivir en una eterna queja sobre todo aquello que no podemos controlar; es una causa perdida. Es recordar una vez más que ese huracán no es mala suerte, sino que es parte de la realidad de vivir en el trópico.
Prometo no olvidar que este mundo es temporal, que todo tiene su tiempo y su naturaleza; nada tengo que dirigir o controlar, solo descansar en la paz del conocimiento de que tras el invierno, la primavera llegará.
La autora es Sharon M Koenig, autora de varios libros de espiritualidad, incluyendo Los ciclos del alma, nombrado uno de los mejores libros en español 2022 por Barnes & Noble. Esta lección es de su nuevo libro Las 12 promesas del alma (Barcelona, Ediciones Obelisco, 2024).
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