La Navidad para muchas personas suele ser un tiempo y una época de descanso. Para la mayoría de las personas representa la unión familiar, el reencuentro o un tiempo en el que se comparte junto a los seres queridos.
Sin embargo, en este tiempo también existen personas que reviven todas las diversas situaciones conflictivas que han vivido a través del año. Reviven las sillas vacías; las pérdidas atravesadas, los abrazos no brindados, el amor no recibido, el perdón no aceptado, las enfermedades terminales, entre otros.
Hay un término muy conocido llamado “Holidays Blues”, clasificado por la Asociación Americana de Psicología como la sensación de tristeza que se atraviesa en la época de Navidad, la cual, si persiste y afecta la funcionalidad del individuo, podría ser una advertencia de depresión. La causa principal de la tristeza en tiempos de fiesta, es la disminución de luz natural al que estamos expuestos en otoño e invierno. Esta exposición a menos luz natural puede provocar: disminución de serotonina; un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, alteraciones en los ritmos circadianos (el reloj interno del cuerpo), que ayudan a controlar los ciclos de sueño-vigilia y alteraciones en la melatonina, una hormona asociada tanto al estado de ánimo como al sueño.
Los trastornos de salud mental pueden empeorar en el tiempo de las fiestas, ya que las personas sienten una presión económica y social mayor.
Es decir que para quienes ya enfrentan un problema de salud mental, el estrés de los tiempos de navidad puede empeorar las cosas. Incluso “pasarla bien” puede ser estresante para la mente y el cuerpo, especialmente si esa diversión implica romper con patrones del sueño, interrumpir tratamiento psicofarmacológico por el hecho de consumir alcohol o las “comidas de fiesta” en exceso, lo que para algunas personas con desórdenes alimenticios suele ser un factor de riesgo.
Es importante crear conciencia de que la navidad para todos no es fiesta, ni alegría, no todas las personas se encuentren en posiciones de privilegio, ser empáticos es necesario.
Si estás enfrentando la tristeza navideña o alguna depresión, el primer paso es buscar ayuda. Hablar de todo lo que le sucede y todo lo que le ha estado afectando desde hace mucho:
- Salga a caminar por la mañana.
- Establezca una rutina de relajación diaria.
- Establezca patrones saudables de sueño.
- Aliméntese bien.
- Mantenga redes de apoyo adecuadas.
- Haga los esfuerzos por practicar pasatiempos que antes disfrutaba
- Mantenga contacto con la naturaleza.
El hablar con profesionales de la salud mental; sana, libera y ayuda a que las personas puedan ver su situación conflictiva desde otra perspectiva.
La autora es psicóloga clínica