Los padres que dan nalgadas a sus hijos tienden a verlo como una herramienta importante, eficaz y útil para enseñarles cómo comportarse. Esto pudo ser un método bajo el que muchas personas fueron educada, sin embargo, los expertos en salud y desarrollo infantil apuntan que el castigo físico pone a los niños en riesgo de una serie de resultados negativos.
Según investigadores de la Universidad de Michigan, las nalgadas y otras técnicas de disciplina física continúan teniendo efectos adversos en los niños por mucho más tiempo de lo que se pensaba originalmente.
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La forma en que los padres tratan a sus hijos a una edad temprana afecta significativamente su comportamiento.
Según los investigadores, los niños que son más golpeados tienen mayores probabilidades de convertirse en adultos deprimidos, de intentar suicidarse y de abusar del consumo de alcohol y otras drogas. Los efectos a largo plazo de la disciplina severa, como el aumento de los comportamientos agresivos y delincuentes.
Es muy importante que los padres se abstengan del castigo físico, ya que puede tener impactos duraderos. Si queremos fomentar comportamientos positivos, todos los padres deben enseñar a un niño cómo regular sus comportamientos dependiendo de la edad y del temperamento del menor.
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Expertos en educación infantil aseguran que la disciplina efectiva implica ser empático y entender “cómo tratar a u niño en las diferentes etapas de su desarrollo para que así aprenda cómo tranquilizarse cuando las cosas se vuelven difíciles.
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