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Madres e hijas frente al cáncer

Madres relatan lo duro y sacrificado que es cuando toca ser la figura maternal de un menor que está dando la batalla contra el cáncer.

En cualquier hogar, un simple dolor de cabeza o dolor estomacal queja podría ser aliviado con un medicamento over the counter, pero no así en el hogar de Ninoshka Merced, madre de Nileyshka Crespo, sobreviviente de cáncer en los pulmones y en el hígado.

“Aprendí que, un dolor de barriga no es algo simple, hay que preguntarle al niño por si tiene otros síntomas. A mí siempre me decían que estaba estreñida y de la noche a la mañana el dolor en el abdomen pasó a las rodillas”, expresó Merced quien ahora está más atenta, para evitar una recaída o atender cualquier reincidencia a tiempo.

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“Después de un mes se le hinchó el abdomen. Le hicieron un CT y salió que tenía metástasis en los dos pulmones y en el hígado”, recordó acerca de la condición que mantuvo a su hija hospitalizada poco más de cinco meses, cuando apenas tenía seis años.

Como madre y mujer, una de las etapas más difíciles que vivió junto a su hija fue durante la caída de su cabello. “Sinceramente yo pensé que iba a ser una cosa deprimente, porque ella tenía el pelo hasta la cintura, pero realidad no me preguntó nada. Creo que al ver a las demás pacientes se mantuvo bien positiva”, narró.

“Ella estaba orgullosa de enseñar la calvita. Nosotros estábamos fortalecidos por ella”, agregó Merced quien tuvo que renunciar a su trabajo para atender la salud de su hija.

“Dios suplió nuestras necesidades, buscar ayudas como Rayito de Esperanza. No perder la fe, creer y confiar en Dios. Todo lo hizo Dios, “Gracias a Dios ahora ella está muy bien. Uno la ve y es una niña normal.

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Para Merced esta experiencia de vida le ha enseñado a valorar el tiempo con sus hijas. “Celebro el Día de las Madres sabiendo que he dado todo por mis hijas quienes me han enseñado a ser excelente madre”, dijo y agradeció el respaldo de la Fundación Rayito de Esperanza quien brinda servicios directos a todos niños pacientes y sobrevivientes de cáncer.

“Lo más difícil es ver un hijo enfermo y pasar por procesos que son dolorosos para ellos. Uno no quisiera que ellos pasaran por ese proceso de dolor, encamado y desanimado”, lamentó por su parte, María Navedo, madre de una niña diagnosticada con sarcoma de Ewing, un tumor canceroso poco común que se forma en el hueso o en el tejido suave.

Al igual que Merced, Navedo relata que el cáncer tocó la vida de su hija, Ursuanne Alvarado con un simple malestar. “Ella comenzó a sentir dolores de cabeza y yo como mamá pensaba que iba a darle un catarro. Jamás pensaba que era cáncer porque dolor de cabeza le da a cualquiera”, recordó.

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Con el pasar del tiempo, los dolores de cabeza eran más frecuentes e intensos, pero no fue hasta que su hija de 14 años presentó una proptosis en su ojo izquierdo que lograron toparse a tiempo con el diagnóstico. “Entonces nos dimos cuenta que algo andaba mal”, explicó.

Al cabo de unas semanas y un MRI, la ruta mañanera de la casa a la escuela tomó un giro más extenso: de la casa al Hospital Pediátrico en el Centro Médico de Río Piedras.

A modo de recomendación, Navedo exhortó a los padres que están pasando por una situación similar a empaparse lo más que se puedan de la condición por la que atraviesa su hijo.

“Todos los días se aprende. Hay que estar bien pendiente a que todos los procesos se lleven correctamente. Lo peor es encerrarse en el proceso pensando que es el fin del mundo. Sí, es difícil y duro, pero cuando uno mira hacia el lado hay gente que está pasando por lo mismo y hay situaciones peores”, apuntó.

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Por su parte, Merced advirtió a los padres a no pasar por alto los dolores que presenten sus hijos, por más mínimos que éstos sean. “Si el niño sigue quejándose del dolor, atiéndalo. A veces uno dice ’es un simple dolor’, pero es mejor acudir al médico a tiempo”, recomendó.

Sobre Las primeras radioterapias, adelantó que las primeras serán difíciles. “Por más que uno le busque la vuelta, ellos no van a tolerar los alimentos, hasta que se adapten. Después de las primeras es que ellos podían comerse todo”, dijo.

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Hoy es el primer Día de las Madres que Navedo celebra junto a su única hija, después del diagnóstico de cáncer. “El Día de las Madres siempre es significativo, en particular porque no tengo a la mía (madre) con vida. Siempre ha sido bien especial y obviamente este año es más especial porque ahora la palabra ’madre’ abarca muchas cosas”, afirmó.

La coameña cuenta que ha sido un proceso difícil, pero reconoce que durante el camino, han tenido la oportunidad de conocer muchas personas que ahora pueden llamar familia.

“Dentro de todas las cosas que pueden pasar, hemos recibido muchas bendiciones. Es cuestión de agradecer, no importa lo difícil que pueda ser, lo más importante es agradecer lo que recibes, lo que tienes”, expresó.

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