Voces Activas

La Web es la gran socializadora

Mil millones se comunica por la gran Red

La capacidad para intercomunicarse es vital para la humanidad. Un verdadero fundamento de cualquier sociedad civilizada.

A medida que el mundo gira, cambian cada vez más los métodos para unir a los humanos en un punto de interés común. En el caso de la Internet, el principal punto de convergencia ahora es a través de las redes sociales.

Durante los últimos 25 años ocurrieron cambios tan veloces y expansivos en la forma en que los seres humanos se organizan e interactúan que uno se pone mareado. Nunca en toda la historia humana han emergido tan rápido, tantos canales nuevos de comunicación como ocurre hoy en día en el ciberespacio. Es un giro muy dramático en el afán humano de socializar.

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¿Por qué? Porque la Web se ha convertido en la principal forma de organización humana. De hecho, es la reunión de personas más colosal y dinámica de todos los tiempos. Hay que estirar mucho la mente para imaginarlo.

Y es que la Web ha hecho posible que más de mil millones de personas “conversen” a diario y puedan resolver juntos problemas comunes,  suplir necesidades materiales mediante el comercio digital, o compartir información y sentimientos mediante las redes.

SALTO – En los viejos tiempos, solo la élite tenía acceso a formas masivas de comunicación. Ya sea a través de una monarquía, un ejército, un partido político, una universidad, una fábrica o una corporación. Todos estos necesitaban un capital fuerte para subvencionar sus sistemas comunicativos y un  peritaje excepcional en el manejo de las tecnologías rústicas del pasado. Lograr que la gente se reuniera con un propósito único requería espacio físico y una logística costosa.

Las organizaciones necesitaban edificios con oficinas, salas de reuniones, áreas de recepción e instalaciones de alojamiento. Si la empresa fuera de manufactura, requería líneas de producción, herramientas específicas, maquinaria pesada, almacenamiento y transporte por camión o ferrocarril. Si se trataba de un esfuerzo multitudinario, se debía establecer una burocracia severa, se necesitaban supervisores y jefes de  grupos para ejercer control y dirección.

Todo consumía mucho tiempo y era un proceso costoso.

En estos días, podemos movilizar a las masas mediante el crowdsourcing o crowdfunding a lo largo de cinco zonas de tiempos diferentes mediante una simple sesión de tres horas en una computadora portátil debajo de un árbol de mango.

Podemos imprimir productos tridimensionales en un escritorio, contactar por correo electrónico a unos 100 mil clientes y mover la mercancía a nivel mundial con un clic de algunos comandos digitales. O tal vez crear una tienda departamental virtual, un negocio inmobiliario o una empresa de publicación de libros digitales con una simple conexión a un servidor y una contraseña para la nube informática. Podemos realizar convenciones o seminarios mediante una configuración inalámbrica con Zoom, Microsoft Meet o Skype, entre otros más. Un gran salto futurístico.

BUSCAR – Bueno, puede que no sea tan fácil, pero casi lo es, si se sabe cómo. Definitivamente hoy en día es menos agitado de lo que fue para nuestros antepasados ​​cuando intentaban armar cualquier empresa de comunicación humana a gran escala. Sólo necesitamos saber cómo hacerlo con las nuevas tecnologías.

Pero aquí radica un problema.

No hay academias para aprender a provocar el colapso de un gobierno a través de las redes sociales. Ninguna universidad enseña los artificios de negocio para comercializar con éxito un nuevo tipo de camiseta cibernética. Ninguna escuela adiestra a personas para organizar un grupo no gubernamental inmensamente eficiente en la Web. Nadie tiene el libro para organizar ciudadanos con suma coherencia desde el  primer instante para reciclar botellas de plástico antes de que nos ahoguen en un mar de desechos.

Sin embargo, es posible. Solo necesitamos aprender y practicar mucho. Afortunadamente, la propia Web ofrece un remedio.

Una herramienta clave es saber cómo buscar lo que hay en la Web. Aprenda a navegar por el ciberespacio y todo y cualquier cosa se puede encontrar. Todo lo que necesitamos son algunas palabras claves y saber cual motor de búsqueda utilizar. Hay miles y se especializan en cada cosa.

Digo “cuál” porque hay vida después de Google. En mi último recuento, calculé que hay más de 8,000 máquinas de búsqueda en línea. Algunos potentes e inclusivos, algunos especializados solo en un tipo de contenido.

Uno solo necesita saber esto primero: un motor de búsqueda no es más que una base digital de datos. Una enorme lista de cosas organizadas de una manera muy algorítmica. Esto significa que un elemento conduce a otro, enlace por enlace.

Eso explica por qué las palabras clave son tan cruciales. Una definición conducirá a otra, infinitamente hasta que uno encuentre la información que busca.

PODER INFORMATIVO – Con la información adecuada a mano, uno puede movilizar, organizar o convocar a una gran multitud a una causa. O al menos, llamar la atención sobre un producto o servicio que vendemos. La Web proporcionará, debido a su naturaleza organizativa, no solo contactos relevantes, sino también nuevos activos socios en la Red en el asunto que nos interesa.

Multitudes de personas con las que podemos conectarnos para cualquier propósito necesario.

Entonces, para convertirse en un experto, uno debe practicar una navegación Web adecuada. Es un ritual solitario, silencioso y lento, pero los beneficios para una empresa informativa a largo plazo no tiene precio. Hay que saber buscar, empoderarse con datos y lanzarse por todas las redes sociales con buena información y enlaces a su causa. El mundo le prestará sus oídos.

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