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Alerta por casos de COVID-19 en Puerto Rico

El repunte de las pasadas semanas ha encendido las alarmas nuevamente, mientras el gobierno no ha dado señales de querer implementar nuevamente las restricciones de movimiento

Debido al repunte en los contagios de COVID-19 y hospitalizaciones por esta enfermedad que se ha reportado en Puerto Rico en las pasadas semanas, la posibilidad de un colapso del sistema de salud ha vuelto a asomarse en el horizonte, luego de un periodo de dos meses en que la pandemia se mantuvo bajo control.

Para la epidemióloga Cruz María Nazario, las estadísticas más recientes del virus –como los 148 contagios confirmados que se reportaron ayer– son evidencia de la pobre planificación en las distintas fases de reapertura económica.

“Era anticipable (un aumento en los casos tras la reactivación de la economía), pero no a esta magnitud. Por la experiencia internacional, luego que se reabre el comercio y la actividad económica siempre hay un repunte de casos. Estamos evidenciando el reflejo de una apertura a destiempo y que no garantizó las medidas que había que tomar para evitar que se diera este despunte tan dramático”, señaló Nazario, utilizando como ejemplo lugares como los restaurantes, que la más reciente orden ejecutiva autorizó que operaran al 75% de capacidad, y que a juicio de la epidemióloga no garantiza el distanciamiento social en un espacio donde las personas no se cubrirán con mascarillas.

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Sin embargo, Nazario consideró que la respuesta a los preocupantes niveles de contagio no necesariamente debe ser revertir las restricciones de movimiento a las fases previas a que comenzara la reapertura, cuando la ciudadanía apenas tenía permitido salir de sus hogares para realizar diligencias esenciales.

Yo creo que va a ser muy difícil que usted vuelva a cerrarlo todo. Esa no es la mejor práctica. En los países que han sido exitosos, digamos Taiwán, no se puso en cuarentena al pueblo completo, sino que se identificaron a las personas positivas y se les ponía en cuarentena. Se hicieron millones de pruebas y se identificaron a las personas (infectadas) en cuarentena, y a la misma vez se hizo un rastreo inmediato, porque inmediatamente estaba el resultado de la prueba y se buscaba con quién la persona se había relacionado de manera cercana”, dijo Nazario, al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de que las autoridades sean más estrictas con las personas que incumplen con las directrices de usar mascarillas o mantener distanciamiento físico, así como los comercios que se hacen de la vista larga con estas conductas.

En ese sentido, celebró el anuncio de que el gobierno había clausurado dos negocios en Ponce por permitir la aglomeración de personas sin mascarillas.

“Yo creo que es bien importante porque entonces el comerciante se va a ver obligado a decirle a las personas ‘tiene que ponerse la mascarilla porque si no me cierran el negocio’”, sostuvo la catedrática.

Aumento en muertes

Independientemente de las medidas que se tomen después del 22 de julio, cuando culmina la vigencia de la Orden Ejecutiva 2020-48, podría ser muy tarde para mitigar el efecto de aumento en contagios de COVID-19 que se ha agudizado desde el 23 de junio, cuando 44 muestras de la prueba molecular arrojaron positivo. Esa fecha fue la primera desde el 6 de abril en que se registraron más de 40 casos.

El ingeniero mecánico Israel Meléndez, quien se ha dado a la tarea de analizar diariamente los informes del Departamento de Salud, precisó que ya se ha comenzado a evidenciar un repunte en las muertes asociadas al coronavirus, una tendencia que considera se intensificará en los próximas semanas.

Las muertes son el dato con más retraso. Pero ya se ve el aumento. Teníamos fallecimientos en un nivel de contención, prácticamente plano. Pero ya hoy (ayer) se puede ver un aumento en el nivel de fallecimientos en el patrón de los pasados 14 días relacionado con el aumento en contagios. Es causa y efecto, no hay duda que lo estamos viendo”, sostuvo Meléndez.

Entre el 6 y el 10 de julio, se han reportado tres días con dos fallecimientos, luego de que no se registraran días de más de una muerte desde el 4 de junio. Según Salud, las muertes relacionadas al COVID-19 suman 167 desde el comienzo de la pandemia en marzo.

Nazario, incluso, consideró que esa cifra podría estar subestimada debido a inconsistencias en la manera de clasificar fallecimientos que potencialmente estarían relacionados con el virus.

“No hay un protocolo que todos los médicos, hospitales, salas de emergencia, los funerarios que recogen los muertos que fallecen en su casa, tengan que seguir. Mientras no exista una estandarización en la forma en que se están clasificando las muertes, vamos a tener muertes que no van a estar clasificadas como Covid pero seguramente lo son”, subrayó la epidemióloga.

Meléndez, por su parte, puntualizó que el crecimiento diario de casos confirmados de Covid-19 mantiene una tendencia hacia un umbral peligroso. Al 11 de julio, la tasa de crecimiento había alcanzado el 3.7% con una tendencia ascendente, luego de mantenerse por debajo del 1% desde mediados de abril hasta mediados de junio. En esencia, el ritmo actual de crecimiento significa que los contagios de COVID-19 se duplican cada 14 días.

El analista ha estimado que si las infecciones se duplican cada siete días, para lo que se necesitaría una tasa de crecimiento de 10% diario, el sistema hospitalario colapsaría en seis semanas. Hasta ayer, las hospitalizaciones de pacientes diagnosticados con COVID-19 se mantenían en 174, cuando el 22 de junio había descendido a 70.

“Lo que vemos es que según pasan los días la curva se va empinando más cada día. No podemos darnos el lujo de reaccionar muy tarde porque se nos puede caer el sistema mucho antes de lo que la gente cree”, opinó Meléndez.

El líder del ‘task force’ económico, Emilio Colón Zavala, reconoció las estadísticas recientes reflejan aumentos en contagios más elevados de los que se había previsto. El ingeniero subrayó que múltiples brotes identificados alrededor del país han estado relacionados con personas infectadas que llegan desde Estados Unidos a visitar familiares.

En ese sentido, Colón Zavala negó que el incremento de contagios se pueda achacar a la reapertura del sector comercial, apuntando que las encuestas del Instituto de Estadísticas no reflejan altas tasas de positividad entre empleados que han regresado a sus labores presenciales. Asimismo, minimizó el riesgo que pudiera representar la reactivación del sector turístico desde este miércoles, argumentando que las personas deberán presentar un resultado negativo de la prueba molecular de Covid-19 a su llegada a Puerto Rico.

“Estamos evaluando la situación que está ocurriendo para poder dar recomendaciones al gobierno sobre cómo manejar el repunte que se ha reportado. Eso incluye saber dónde es que están ocurriendo (los contagios). Lo que se ha reportado es que el mayor foco ha sido aglutinamiento de personas en actividades sociales con personas que han venido del exterior. En los próximos dos días debemos tener un cuadro con recomendaciones para el gobierno”, expresó Colón Závala.

El sábado, la propia gobernadora Wanda Vázquez señaló que preferiría evitar un retroceso en las medidas de reapertura económica, insistiendo que la posibilidad de contener el virus depende en la responsabilidad individual.

Para la epidemióloga Nazario, ese acercamiento gubernamental dista de lo que necesita el país para evitar que esta segunda ola de contagios derive en una crisis de mayores proporciones.

“El gobierno tiene que asumir la responsabilidad que le toca de supervisar que se esté cumpliendo con las recomendaciones importantes para controlar y que no se salga de nuestras manos, y entonces tengamos una crisis hospitalaria donde tengan que decidir si le pongo un ventilador a este viejito o a este joven”, ilustró Nazario.

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