El comienzo de un año siempre nos hace recordar los deseos que guardamos. Y es que la sensación de nuevo comienzo que inevitablemente viene con la llegada del mismo nos llena de esperanza.
Desear es una fase mental que enunciamos con palabras como quiero. Se puntualiza como una inclinación hacia eso que se anhela alcanzar o materializar, de acuerdo a la revista OHLALÁ!
En el mundo de la psicología tradicional, un deseo es insatisfecho, pero la verdad es que también es estimulación e impulso hacia la acción que, en algún punto, nos lleva a alcanzar eso que se sueña.
Al conseguir cumplir esos anhelos, la sensación de alegría es gigantesca. No obstante, también hay métodos para lograr que los deseos se cumplan, como el famoso power wish o poder del deseo.
¿De qué trata el power wish o poder del deseo?
El término power wish fue acuñado por la astróloga japonesa Keiko, quien combina espiritualidad con manifestación. La también creadora de “lunalogía” lo usa en su libro El poder de desear las cosas.
El poder del deseo radica en ser ese propulsor que nos conduce hacia dónde deseamos ir. El impulso y la fortuna puede hacer que el universo o lo que creas te oiga y te lleve hasta tus anhelos.
Sin embargo, aunque sabemos que puede transmutar nuestro entorno, no es suficiente con manifestar o “intencionar”. También hay que tener en cuenta otros factores que sin duda influyen.
De acuerdo a Keiko en la obra antes mencionada, las fases de la luna son clave para maximizar las intenciones. Y es que cada una proporciona una fuerza energética para algunas clases de deseos.
La experta plantea que las nuevas metas deben fijarse en luna nueva y soltar en luna llena para que tengan más efectividad. Por eso, aconseja sincronizar los deseos con el ciclo del satélite.
“La clave de la manifestación es emplear las palabras con la vibración más potente y elevada. Por eso lo denomino método del deseo consciente”, expresó, según recogió el medio antes citado.
“Es una manera extraordinariamente poderosa de hacer realidad tus sueños. Plantéatelo como una herramienta para materializar tus deseos, mucho más allá de conformarte con desear y quedarte a la expectativa”, añadió.
Aclarar las metas
Otra sugerencia de la especialista es manifestar deseos de manera clara, precisa y en consonancia con los valores. Así se aclaran las metas, incrementa la responsabilidad y se taclea el autosabotaje.
Y es que muchas veces deseamos cosas que no están alineadas con nosotros, sino que se instauran en nuestro corazón porque las vemos en las redes sociales o porque la sociedad las impone.
Por eso, si se desea manifestar sueños de manera efectiva, hay que empezar preguntándose lo que de verdad se quiere. Luego, nuestras acciones deben coincidir con las intenciones que tengamos.
Manos a la obra
Cuando la conducta va conforme a los pensamientos, es decir, la mente y el cuerpo van de la mano, tenemos un gran poder para ayudarnos a alcanzar todo lo que queramos en nuestras vidas.
Así es que, en lugar de desear solo ser feliz, se puede probar pidiendo encontrar la felicidad en mi hogar o trabajo. En ese sentido, especialistas recomiendan visualizar aquello que “intencionamos”.
El imaginar tu vida con ese deseo materializado genera una imagen que las emociones impulsan. El sentir gratitud o exaltación al mirar esos sueños realizados permiten “reprogramarte”.
Al lograrlo, se mandan indicaciones al resto del organismo que origina una etapa de coherencia. Una gran forma de visualizar lo que quieres es crear un vision board y mantenerlo siempre a la vista.
El vision board te ayuda a pensar que tus metas son alcanzables y permite conservar la motivación, pero también te incita a poner manos a la obra, lo que es más fácil cuando sabes qué quieres.
Practica la gratitud
Sin embargo, mantenerse agradecido con lo que se tiene en el presente es clave en este proceso de persecución de sueños. El practicar la gratitud no solo tiene un poder transformador en la vida.
También nos ayuda a alcanzar nuestros deseos debido a que nos permite tener una mentalidad mucho más dispuesta. De acuerdo a la visión de Keiko, también ayuda a nivelar el universo.
“Si quieres que tus deseos se cumplan, tienes que añadir el poder de lo opuesto. De modo que formulas un deseo con la luna nueva y expresas gratitud con la luna llena: esa es la dinámica”, dijo.
Acumula buen karma
Además de ser agradecido, es importante acumular buen karma. Toda acción tiene consecuencia, por lo que, si haces el bien desinteresadamente, toda esa energía positiva se presentará en tu vida.
Por ende, si tienes un deseo, un consejo de los expertos es hacer cosas buenas por otros. Keiko sostiene que el universo concede los deseos de quienes dejan un impacto positivo a su alrededor.
Y es que las acciones bondadosas y generosas sin esperar nada a cambio permiten que varios sean felices al comenzar un círculo de dar y recibir que resulta beneficioso para todos en el mismo.
Además, hay que recordar que alcanzar nuestros deseos depende en parte de aquellos en el entorno. Al final, estamos interconectados y solo podemos alcanzar los sueños con apoyo de otros.
La red que alimentes con energía positiva y soporte te la reintegrará de forma que no imaginas. Por eso, cuando tus deseos favorecen a otras personas además de ti, quizás ocurran más rápido.
Sigue accionando y déjalo ir
Claro está que también se debe hacer nuestra parte para poder concretarlo y no esperar que pasen mágicamente solo porque hemos hecho una sarta de esfuerzos altruistas a las personas alrededor.
Aparte, “intencionar” no es solo escribir deseos teniendo en cuenta las fases lunares ni seguir rituales, sino tener claridad lo que se desea y tomar acción para llegar hasta ese punto soñado.
El power wish entonces ayuda a visualizar metas de manera específica y optimista, lo que permite a nuestra mente estar alerta para divisar oportunidades y accionar con base a esos objetivos.
En palabras de Keiko, de acuerdo a OHLALÁ!, el universo contesta a las intenciones cuando se prueba con acciones determinadas. El éxito para “intencionar” radica en accionar en coherencia.
Y esa concordancia debe estar en decisiones, pensamientos y palabras. Finalmente, se debe “intencionar” con distancia; es decir, manifestar el deseo y dejarlo ir para que se dé lo que deba.