Según los especialistas en salud mental y emocional, en algún momento de la vida, todas las personas presentarán síntomas de depresión o conocerán a alguien que la padezca. Aunque sigue siendo incómodo para muchas personas hablar estos temas, cada vez hay más libertad y recursos disponibles para comprender y atender estas condiciones, de acuerdo con la psicóloga industrial Wilmarie González Molina.
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“Nadie está exento de esto”, dijo la experta, quien dio algunas respuestas sobre cómo superar los estigmas hacia las condiciones mentales.
¿Por qué persisten los estigmas asociados a la salud mental?
Hay desconocimiento sobre los trastornos mentales, lo cual puede llevar a las personas a tener prejuicios. Aún existen creencias erróneas de que las personas que padecen de condiciones mentales son peligrosas o incapaces de llevar una vida normal. Además, todavía hay culturas que hablan de la salud mental como un tabú, lo que puede dificultar la búsqueda de ayuda. El miedo a lo desconocido cuando no se comprende, puede llegar a la discriminación, y esto también ocurre en casos de salud mental.
¿Cuáles son algunos de los mitos más comunes sobre la salud mental que perpetúan estos estigmas?
Hay muchos mitos, pero entre los más comunes están que las personas con salud mental son peligrosas y que la salud mental no es tan importante como la física. Hay quien piensa que los trastornos mentales son solo una cuestión de debilidad, sobre todo entre mujeres. Mi experiencia es que tanto hombres como mujeres buscan ayuda. Otra idea errónea es que las personas con trastornos mentales no pueden llevar una vida normal y eso no es cierto. Con un medicamento adecuado y psicoterapia puede ser tan productiva como una persona que no tenga un diagnóstico. También, existe la idea de que hablar a una persona de prevención del suicidio, especialmente si son jóvenes estudiantes, puede darle ideas de hacer algo en contra de su vida. Una persona depresiva no es sinónimo de estar acostado en el cuarto, alejado de todos. Es un mito que no puede tener estabilidad en el trabajo, en el matrimonio, como madre o padre.
¿En los últimos años ha cambiado la percepción sobre el tema de atender condiciones mentales? Si es así, ¿de qué manera ha cambiado?
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La percepción ha cambiado. Hay mayor disponibilidad de recursos. Luego de la pandemia, llegaron las terapias de forma virtual y eso llegó para quedarse. Hay aplicaciones para el área de bienestar, lo que hace más fácil el acceso a los servicios. También hay campañas de sensibilización en redes sociales entre hospitales especializados y organizaciones sin fines de lucro; las empresas tienen programas de bienestar para el empleado, promoviendo la salud mental como crucial para la productividad. Los medios de comunicación están fomentándolo. Se ha integrado la salud mental y la física con un enfoque holístico. Con el tiempo, una ha visto esos cambios. Esto refleja un progreso de mayor aceptación y comprensión, aunque todavía nos queda trabajo por hacer.
¿Cómo afectan estos estigmas a los diferentes grupos de la sociedad, como adolescentes, adultos mayores o minorías?
Los adolescentes pueden sentir que no poder hablar sobre los problemas emocionales por miedo al juicio los pueden aislar, afectar su autoestima y confianza, llevándolos a tener síntomas de ansiedad y depresión. En los adultos, los estigmas pueden llevar a la discriminación en el lugar de trabajo, limitando mejores oportunidades de empleo. Pueden causar impacto en las relaciones, sintiéndose rechazados. Esto puede llegar a evitar buscar tratamientos por miedo a ser juzgados. En los adultos mayores, el estigma puede hacer que se sientan aislados, les genere soledad, afectando su bienestar y calidad de vida. En las minorías puede afectarse su identidad y salud mental.
¿Qué papel juega la educación en reducir el estigma hacia los problemas de salud mental/emocional?
Desempeña un papel crucial en la reducción del estigma, ayuda a informar a las personas sobre los trastornos mentales, sus causas y efectos. A través de la información, la empatía y la normalización de las conversaciones, se puede crear un entorno más inclusivo y solidario, que favorezcan la búsqueda de ayuda y bienestar emocional.
¿Cómo prevenimos el juicio a quienes sufren de alguna situación emocional?
Es necesario fomentar una cultura de empatía y comprensión. Hay que educar a las personas, promoviendo la idea de que todos enfrentaremos en algún momento de nuestra vida alguna situación que afecte por completo nuestra rutina diaria y tendremos la necesidad de buscar ayuda emocional. Según las investigaciones longitudinales, todos pasaremos por un proceso de sintomatología de depresión o conoceremos a alguien que la padezca. Nadie está exento de esto. Así que todos debemos exhortar a otros que entendamos tiene necesidad de ayuda.
¿Cómo evitamos que nos afecte lo que piensen otros cuando hablo de mis situaciones emocionales?
Es esencial cultivar la autoaceptación. Esto quiere decir, reconocer la validez de nuestros sentimientos, elegir a quién le compartimos nuestras experiencias. Además, practicar la comunicación asertiva para poder expresar nuestras emociones sin temor al juicio. Es aceptar que estás pasando por un momento difícil y que esto va a pasar. Debemos centrarnos en nuestro bienestar y rodearnos de un entorno de apoyo para compartir nuestras vivencias con mayor libertad y seguridad.
