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Instituto de Cultura Puertorriqueña restaura los famosos mosquitos de Arecibo

Se invirtió sobre medio millón de dólares de fondos FEMA para la restauración de la obra de esculturas AËDES del artista Imel Sierra Cabrera

La obra de esculturas AËDES del artista Imel Sierra Cabrera está ubicada en el expreso 22.
Arecibo. La obra de esculturas AËDES del artista Imel Sierra Cabrera está ubicada en el expreso 22. (Suministrada.)

El Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) anunció la restauración del conjunto escultórico AËDES, que forma parte del registro de arte público de la Colección Nacional bajo su custodia. La serie de esculturas en el expreso 22 de Arecibo, creadas por el arquitecto y artista Imel Sierra Cabrera en el 2004, formó parte del proyecto de restauración con fondos de indemnización otorgados por FEMA, debido al embate del huracán María.

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“Este proyecto de restauración culmina un esfuerzo que nuestra agencia ha estado liderando desde 2017. La política pública orientada a preservar y educar sobre las artes, así como a asegurar la asignación de estos fondos, se ha implementado de manera constante y en cumplimiento con los plazos establecidos. Los resultados de estos proyectos a largo plazo reafirman nuestro compromiso con la colección de arte que legamos al país para el disfrute de esta y futuras generaciones,” manifestó el director ejecutivo del ICP, Carlos Ruiz.

La asignación para esta iniciativa de restauración a gran escala, incluida bajo la obligación PW-10895, tenía un presupuesto total de $664,863.30 y se designó exclusivamente para los trabajos de restauración de 77 objetos de la Colección Nacional del ICP. Los mencionados objetos y obras de arte están ubicados en distintas localidades y municipios alrededor de la isla, entre ellos el Museo Casa Blanca y el Museo de las Américas, ambos en el Viejo San Juan, y el Museo Casa Cautiño en Guayama. El proyecto fue fuente de empleo directa para cuatro conservadores puertorriqueños y sus asistentes de taller. Esta es una de las pocas obras de arte público que pertenecen a la colección del ICP.

Por su parte, la directora del programa de Artes Plásticas del ICP, María del Mar Caragol expresó que “Nos complace haber colaborado con un equipo de registradores, conservadores, artistas y otros profesionales para lograr la restauración de estos 77 objetos, siendo AËDES el proyecto de mayor complejidad. Es misión del Instituto ejecutar la política pública para la preservación, difusión y educación sobre nuestro patrimonio, y la culminación de este proyecto representa un logro significativo que fortalece nuestro compromiso de servicio al país y al gremio artístico.”

Según el artista, AËDES es una obra que alude a una nube de mosquitos, que le recordaba cuando de niño transitaba por el área de Arecibo, y que ya no es visible. El artista reflexiona sobre el paisaje y los mosquitos en un humedal versus los avances de la tecnología y construcciones que lo separan. Con la serie de figuras alargadas y aladas que se observan desde los automóviles que transitan el área, el artista buscaba crear la sensación de una nube transparente delineada por los cuerpos cubiertos en mallas agujereadas de color tierra que contrastan sutilmente contra el firmamento.

El proyecto de restauración de AËDES tomó cerca de 11 meses desde su contratación y preproducción, hasta su entrega, en septiembre de 2024. El costo total de restauración fue de $566,205.32, el cuál incluía la compra e importación del acero del que está hecha cada una de las estructuras que componen el conjunto de esculturas. Parte de los retos que enfrentó este proyecto fue el trabajar en un humedal debajo de un puente, que presentó desafíos para lograr el movimiento de la materia prima y la ejecución de las labores de soldadura ante las lluvias copiosas durante la temporada de huracanes.

Este conjunto de esculturas está compuesto por 10 estructuras de acero inoxidable, cuya parte superior estaba cubierta con una chapa de acero, perforada y oxidada. Debido al paso del huracán María estas estructuras sufrieron daños considerables que se veían claramente en los huecos de sus planchas, y daños en las soldaduras de unión de las patas y el cuerpo. Adicional al trabajo de soldadura en estas esculturas de gran escala, el artista sembró árboles nativos en el humedal, cumpliendo así con los requisitos del Departamento de Recursos Naturales.

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