Los fines de semana y días feriados nos invita a disfrutar del sol y la playa, pero esto también puede llevar a un problema común: el quemado solar. La exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) puede causar dolor de cabeza, enrojecimiento, daño a la piel, ampollas, fiebre, náuseas y fatiga .
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Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) por lo general, los síntomas comienzan a verse unas cuatro horas después de la exposición al sol. Las mismas empeoran entre las 24 y 36 horas y desaparecen entre 3 y 5 días después.
Aquí te presentamos cinco consejos esenciales para aliviar y prevenir el quemado solar.
Hidratación constante
El sol y la exposición prolongada pueden deshidratarte rápidamente. Bebe abundante agua para mantener tu cuerpo hidratado. Además, utilice lociones hidratantes después de la ducha para ayudar a restaurar la humedad de la piel.
Aplicación de aloe vera
El aloe vera es conocido por sus propiedades calmantes y su capacidad para reducir el rojecimiento y la irritación de la piel quemada por el sol. Aplique gel de aloe vera fresco o productos que contengan esta planta de manera regular sobre la piel afectada.
Ropa protectora
Utilice ropa de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol para proteger su piel y ojos de los rayos UV. La exposición continua al sol puede empeorar el quemado existente y aumentar el riesgo de daño a largo plazo.
Evita exfoliar
Mientras te recuperas del quemado solar, evita exfoliar o frotar la piel afectada, ya que esto puede empeorar la irritación. En su lugar, opte por duchas suaves y utilice productos de limpieza suaves.
Medicamentos y atención médica
Si el quemado solar es severo y presenta ampollas, fiebre o dolor intenso, busca atención médica de inmediato. Los médicos pueden recetar medicamentos para aliviar el dolor y prevenir infecciones.