La reina Isabel II murió a sus 96 años en Balmoral. Pero ya en 2017 una película predijo lo que pasaría tras su fallecimiento. Se trata de “Carlos III”, película para televisión hecha en 2017 por la BBC, donde incluso el príncipe William trata de arrebatarle el trono al ahora monarca Carlos.
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Increíblemente, tal y como pasó en la vida real, Harry se llega a enamorar de una mujer racializada y plebeya (la película se lanzó justo cuando él y Meghan eran novios apenas): pero no pasa lo que pasó con la madre de sus hijos, él la deja por la institución. Ahora bien, esta película creada por Mike Bartlett muestra cómo la familia real pelea por la sucesión en tono Shakespereano. Es decir, hay intriga y mala leche a borbotones. Y hasta fantasmas.
Así, Carlos, interpretado por Tim Pigott- Smith, quiere regular al a prensa y censurar las noticias. William quiere el trono, azuzado por Kate, que es más maquiavelica de lo que parece. Padre e hijo han visto al fantasma de la princesa Diana, acá pueden ver la escena:
La película se desarrolla entre la insistencia del rey de censurar la prensa, y también se disuelve el Parlamento. Así, comienzan las protestas más violentas en todo el país. De este modo, el primer ministro se reúne con William para mediar entre él y el Parlamento. Carlos ve esto como una traición.
¿Cómo termina todo?
William le reclama a su padre por el caos y se une con Harry para irse de la familia real. Carlos, al ver cómo todo se le desmorona, abdica en favor de su hijo, quien firma el proyecto de ley de prensa como lo quería el Parlamento y sofoca las protestas de una manera pacífica.
Así, la película termina con un final que quieren ver muchos: con William y Kate como reyes. Lo más duro es para Carlos tener que coronar a su propio hijo.
Claramente, la película fue muy criticada en su tiempo. Pero ahora, se plantea como uno de los posibles futuros en una sucesión largamente esperada y disputada por al popularidad de William ante su propio padre.