¿Te gustaría asistir a tu propio funeral sin haber muerto? En Japón a esta práctica la llaman Seizenso

En su libro La muerte y morir en el Japón contemporáneo, la antropóloga Hikaru Suzuki explica que es esto es una nueva forma de lidiar con la muerte.

Asistir a un funeral nunca es una experiencia agradable, pero ¿y si fuera el tuyo propio y tuvieras la oportunidad de oír todo lo que a la gente le gusta de ti?

Los funerales para vivos son cada vez más comunes en países como Estados Unidos y Reino Unido, pero sobre todo en Corea del Sur y Japón, donde los llaman seizenso, que literalmente significa “funeral mientras estás vivo”.

De acuerdo a lo publicado en la BBC News, los japoneses consideran que los seizenso pueden ayudar a obtener una nueva perspectiva de la vida, enfrentar la inevitabilidad de la muerte y, en el caso de quienes padecen una enfermedad terminal, darles la oportunidad de decir adiós a sus seres queridos.

Popularidad en Japón

Hikaru Suzuki cuenta que la popularidad de los “funerales mientras estás vivo” se extendieron en Japón porque personajes famosos y celebridades del mundo de la televisión comenzaron a celebrarlos, y los medios de comunicación se pusieron a cubrirlos ampliamente.

“El primer funeral lo protagonizó la conocida actriz y cantante japonesa Mizunoe Takiko. La retransmisión del evento por televisión fue una revelación para la población japonesa y tuvo un gran impacto”, escribe Suzuki de su obra.

El seizenso de Takiko tuvo lugar en 1993, cuando la artista tenía 73 años. Murió mucho después, en 2009 a la edad de 94 años. Los motivos que la llevaron a despedirse con tanta antelación, los detalla Suzuki en su libro.

El valor de la vida

Pero mientras en Japón la tendencia suele ser la de agradecer a los tuyos haberte acompañado en tu vida, en la vecina Corea del Sur los funerales “fingidos” tienen una razón de ser todavía más fundamental, si cabe.

Con una alta tasa de suicidios, hay incluso empresas que envían a sus empleados a un curso donde, parte de la experiencia, es que los asistentes se encierren en un ataúd. Allí dentro, en la oscuridad, la idea es que la gente reflexione sobre el significado de la vida y aprendan a valorarla.

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