No importa la ocasión, la reina Isabel rara vez se ve sin su accesorio favorito: su collar de perlas.
“Las perlas son tradicionales para las reinas, nunca ha habido una reina que no usara perlas”, dice Leslie Field, autora del libro Las Joyas de la Reina. “Eran raras, hermosas y brillantes, y cuanto más las uses, más brillantes se vuelven”.
Desde piezas de una sola hebra hasta un elaborado collar de seis hebras que le regalaron durante una visita a Qatar, la reina tiene una gran colección de collares de perlas.
Pero es un diseño clásico de tres hebras, hecho de perlas de la familia real, el que usa con más frecuencia.
Hecho de perlas graduadas y un broche de diamantes, la reina ha usado este collar desde poco después de su ascenso al trono.
“Es el collar lo que ella considera apropiado: quiere usar perlas todos los días como lo hicieron su madre y su abuela antes que ella”, explica Field a la revista People. “Ella no usaría un collar de diamantes para ir a un almuerzo de caridad, es simplemente tradicional que una mujer use perlas durante el día”.
Según Fields, el amor de la reina por las perlas comenzó desde el principio, gracias a una tradición familiar que fue iniciada por su gran abuela.
“La reina Isabel le dio a cada una de sus hijas y nietas una perla cada año en su cumpleaños, de modo que, para cuando llegaban a las 18 años, tendrían suficientes perlas para un collar”, dice Fields, señalando que la tradición real fue continuada por el propio padre de la reina, el rey George VI.
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