En Ecuador, el cáncer de mama es una de las principales causas de mortalidad entre las mujeres. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año más de 462.000 mujeres son diagnosticadas con esta enfermedad y cerca de 100.000 fallecen a causa de ella. En 2020, datos del Observatorio Global de Cáncer revelaron que en Ecuador se detectaron aproximadamente 3.563 nuevos casos de cáncer de mama.
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De acuerdo con el Dr. Gregory Celis, está enfermedad se desarrolla cuando las células del tejido mamario comienzan a crecer de manera descontrolada. Presentándose en diversas formas, algunas más agresivas que otras, y aunque afecta tanto a mujeres como a hombres, su incidencia en mujeres es mucho mayor.
Existen varios factores de riesgo que incrementan las posibilidades de desarrollar cáncer de mama, como la edad, el estilo de vida y la exposición a hormonas. Sin embargo, uno de los más preocupantes es la predisposición genética. Tener antecedentes familiares cercanos, especialmente madre o hermanas, aumenta significativamente el riesgo de padecer esta enfermedad.
A pesar de esto, contar con antecedentes familiares no significa una sentencia definitiva. Aunque el riesgo es mayor, no todas las personas con historial familiar desarrollarán cáncer de mama. Actualmente, existen herramientas como los exámenes genéticos que pueden detectar mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2. Estos genes, que normalmente ayudan a reparar el ADN y prevenir el crecimiento de tumores, cuando presentan mutaciones, pierden esa función protectora, facilitando el desarrollo del cáncer.
Por lo que, las pruebas genéticas permiten identificar estas mutaciones, lo que da la posibilidad de tomar decisiones preventivas informadas, como cambios en el estilo de vida, exámenes de detección más frecuentes o, en algunos casos, cirugías preventivas.
Sin duda, la detección temprana puede ser la clave para un tratamiento más efectivo y menos invasivo. Consultar con un especialista sobre los riesgos y las opciones de prevención es un paso fundamental para proteger la salud y reducir las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.