MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
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El avance es un primer paso que revolucionaría el seguimiento de la enfermedad renal, que suele progresar sin síntomas en las primeras fases. Según los expertos, esta tecnología puede contribuir al diagnóstico precoz, ya que las pruebas de cribado actuales no detectan la enfermedad hasta que se ha perdido la mitad de la función renal.
Los investigadores utilizaron imágenes de gran aumento para detectar cambios en la retina, la capa de tejido situada en la parte posterior del ojo que detecta la luz y envía señales al cerebro. Descubrieron que las imágenes ofrecen una forma rápida y no invasiva de controlar la salud renal.
El ojo es la única parte del cuerpo donde es posible ver un proceso clave llamado circulación microvascular y este flujo de sangre a través de los vasos más pequeños del cuerpo suele verse afectado en las enfermedades renales.
Investigadores de la Universidad de Edimburgo estudiaron si las imágenes tridimensionales de la retina, tomadas con una tecnología llamada tomografía de coherencia óptica (OCT), podían utilizarse para identificar y predecir con exactitud la progresión de la enfermedad renal.
Los escáneres OCT -utilizados en la mayoría de las ópticas- utilizan ondas de luz para crear en pocos minutos una imagen transversal de la retina que muestra cada una de sus capas. El equipo analizó imágenes de OCT de 204 pacientes en distintas fases de la enfermedad renal, incluidos pacientes trasplantados, junto con 86 voluntarios sanos.
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De este modo, descubrieron que los pacientes con enfermedad renal crónica tenían retinas más delgadas que los voluntarios sanos. El estudio también demostró que el adelgazamiento de la retina progresaba a medida que disminuía la función renal.
Estos cambios se invertían cuando se restablecía la función renal tras un trasplante satisfactorio. Los pacientes con la forma más grave de la enfermedad, que recibieron un trasplante de riñón, experimentaron un rápido engrosamiento de la retina tras la intervención.
CADA VEZ MÁS PERSONAS TIENEN EL RIESGO DE SUFRIR UNA ENFERMEDAD RENAL
Los expertos señalan que cada vez más personas corren el riesgo de padecer una enfermedad renal, a menudo causada por otras afecciones que sobrecargan los riñones, como la diabetes, la hipertensión y la obesidad.
Con nuevas investigaciones, los controles oftalmológicos periódicos podrían algún día ayudar a la detección precoz y al seguimiento para evitar que la enfermedad avance. Según los expertos, también podría permitir a los pacientes modificar su estilo de vida para reducir el riesgo de complicaciones.
Para el equipo de investigación, la tecnología, que se apoya en la plataforma de imagen de Heidelberg Engineering, también podría contribuir al desarrollo de nuevos fármacos. Podría hacerlo midiendo los cambios en la retina que indican si el riñón responde ,y de qué manera, a posibles nuevos tratamientos.
Los investigadores señalan que se necesitan más estudios, incluidos ensayos clínicos a largo plazo en grupos más amplios de pacientes, antes de que la tecnología pueda utilizarse de forma rutinaria.
Se calcula que en el Reino Unido hay 7,2 millones de enfermos renales crónicos, más del 10 por ciento de la población. Su coste anual para el Servicio Nacional de Salud ronda los 7.000 millones de libras.
En palabras del catedrático de Nefrología del Centro de Ciencias Cardiovasculares de la Universidad de Edimburgo, Neeraj Dhaun, "esperamos que esta investigación, que demuestra que el ojo es una ventana útil al riñón, ayude a identificar a más personas con enfermedad renal precoz, lo que brindará la oportunidad de iniciar el tratamiento antes de que progrese".
"También ofrece posibilidades para nuevos ensayos clínicos y el desarrollo de tratamientos farmacológicos para una enfermedad crónica que, hasta ahora, ha resultado extremadamente difícil de tratar", ha añadido.
Por su parte, la directora ejecutiva de investigación y política de Kidney Research UK, Aisling McMahon, ha afirmado que "los pacientes renales se enfrentan a menudo a procedimientos invasivos para controlar su salud renal, a menudo además de recibir tratamientos agotadores como la diálisis".
"Esta fantástica investigación muestra el potencial de una forma mucho más amable de controlar la salud renal. Seguimos apoyando al equipo para que investigue si su método podría utilizarse también para diagnosticar e intervenir antes en la enfermedad renal", concluye McMahon.