Si hay algo que a los seres humanos siempre nos ha causado curiosidad, es el olor corporal. ¿Qué es lo que lo define y por qué algunas personas tienen un olor característico? A menudo, relacionamos el olor de una persona con el perfume que utiliza, y aunque este puede influir, no es determinante. A lo largo de la vida nuestro olor corporal puede cambiar dependiendo de factores como la salud, la alimentación, la edad, la higiene y las costumbres que tenemos en el día a día.
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Según escribió el periodista científico Federico Kukso en su libro “Odorama: Historia cultural del olor”, las anteriores no son las únicas razones. El olor corporal, tan único como cada uno de nosotros, también varía gracias a las “cien billones de bacterias que viven dentro y fuera nuestro”, pues “la suma de todos los olores que nuestro cuerpo despide constituye nuestro ‘pasaporte odorífero’, al que nos habituamos y en ciertos casos encontramos adictivo”.
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¿Cómo se define el olor?
La respuesta científica a esta pregunta es tan variable como los olores. Depende de a qué rama de la ciencia se pregunte. Para algunos, la percepción de los aromas está ligada a las emociones primarias, las respuestas fisiológicas o si una persona tiene o no ancestros primates no humanos (como el chimpancé o el bonobo).
Para otros, se debe a la relación entre los olores de una sustancia, los receptores olfatorios de los humanos y el cerebro. Es decir, un olor o aroma activa ciertos receptores en la nariz y estos, a su vez, envían un estímulo al cerebro para que él determine qué es y si le gusta o no.
El resultado de este último proceso es diferente en cada individuo, por eso hay olores que para algunas personas pueden ser agradables mientras que para otras son repugnantes.
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¿Por qué hay personas que “huelen mal”?
Hablando de malos olores, otra de las preguntas o temas frecuentes sobre el olor es acerca de las personas que tienen un “humor muy fuerte”.
Esto, lejos de ser por una falta de higiene o una mala limpieza, se puede deber a una enfermedad conocida como “bromhidrosis”. Es causada por una falla en las glándulas apocrinas cuando se descomponen. Estás glándulas están presentes en zonas como los pies, el cuero cabelludo, los genitales, el pecho y las axilas, entre otros.
El origen de la bromhidrosis puede ser por diferentes factores, desde genéticos hasta otras enfermedades metabólicas (como la diabetes), o por la ingesta de algún alimento (como el ajo) o un medicamento.
Esta patología no distingue de sexo y se puede empezar a presentar a partir de los 15 años. Hay casos más difíciles en los que además de presentar bromhidrosis también hay un exceso de sudoración llamada hiperhidrosis.
En todos los casos, lo más recomendable es consultar con un especialista, antes de intentar cualquier tipo de remedio casero o producto “milagroso”.
¿Por qué hay personas que “huelen bien”?
Así como nos podemos topar con personas que no emiten un aroma agradable, podemos conocer personas que, a nuestro parecer, siempre huelen bien. La explicación más cercana que encontramos sobre este tema, tiene que ver con la bioquímica y la relación entre el olor y la atracción sentimental o sexual.
Recordemos la correspondencia entre los olores de una sustancia, los receptores de la nariz y la reacción del cerebro (en el apartado de cómo se define el olor). Recordemos, también, el ‘pasaporte odorífero’ del que habló Kukso.
Con ello en mente, pensemos en el proceso de enamoramiento o de selección de una pareja para tener sexo. En momentos como esos, creemos elegir a una u otra persona por cómo se ve o por lo que dice, pero el verdadero protagonista es el olor corporal. Sentimos atracción por las personas cuyo olor propio es compatible con el nuestro.
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